A parte de la normativa CAFE (Clean Air for Europe o Aire Limpio para Europa) impuesta por la UE, que ha entrado en vigor este pasado 1 de enero, donde se multa o grava el precio de los vehículos nuevos vendidos por las marcas cuando estos superan los 93,6 g/km de emisiones de CO2 homologados, a 95 € por gramo de CO2 que supere ese límite, hay otros países que están aplicando ya impuestos/normativas anticontaminación más restrictivas con el fin de acabar con la venta de coches contaminantes, o mejor dicho, basados en motores de combustión. Es el caso, por ejemplo, de Países Bajos, donde se aplica la siguiente tabla de tarifas en función de los gramos contaminantes:

Tabla de tarifas de BPM para 2025
Con esta tabla, por ejemplo, la marca japonesa Subaru tiene problema, ya que el precio de sus SUVs se ha encarecido notablemente. Así por ejemplo:
Un Outback con GLP costaría 78.920 €, un 44% más de su precio de tarifa, al aplicarle un BPM de 34.475 € por sus 193 g/km de CO2.
O el Crosstrek, con un sistema microhíbrido de 48V, sale por 59.200 euros con solo 136 CV, y las versiones más completas ascienden a 61.200 euros y 63.200 euros, respectivamente. Los 174 g/km de este modelo suponen un BPM que roza los 24.000 euros.
¿De dónde salen los casi 34.500 euros del impuesto del Outback? Pues de restar a los 193 g/km homologados el límite mínimo de la máxima categoría, al resultado se le multiplica el valor de la tercera columna y se le suma el de la segunda.
Estas medidas son las que van a venir en el futuro, ya no es restringir la circulación de los vehículos más contaminantes en las carreteras o calles de las ciudades, sino evitar la venta de coches contaminantes, que emitan CO2, y gravarlos con impuestos desorbitados a la hora de su venta.
Fte.: ¿Un Subaru a precio de Porsche? Los híbridos de la marca japonesa no cumplen y sus precios se disparan

Tabla de tarifas de BPM para 2025
Con esta tabla, por ejemplo, la marca japonesa Subaru tiene problema, ya que el precio de sus SUVs se ha encarecido notablemente. Así por ejemplo:
Un Outback con GLP costaría 78.920 €, un 44% más de su precio de tarifa, al aplicarle un BPM de 34.475 € por sus 193 g/km de CO2.
O el Crosstrek, con un sistema microhíbrido de 48V, sale por 59.200 euros con solo 136 CV, y las versiones más completas ascienden a 61.200 euros y 63.200 euros, respectivamente. Los 174 g/km de este modelo suponen un BPM que roza los 24.000 euros.
¿De dónde salen los casi 34.500 euros del impuesto del Outback? Pues de restar a los 193 g/km homologados el límite mínimo de la máxima categoría, al resultado se le multiplica el valor de la tercera columna y se le suma el de la segunda.
Estas medidas son las que van a venir en el futuro, ya no es restringir la circulación de los vehículos más contaminantes en las carreteras o calles de las ciudades, sino evitar la venta de coches contaminantes, que emitan CO2, y gravarlos con impuestos desorbitados a la hora de su venta.
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