Se publicado un informe (AI) donde se denuncia la opacidad de los grandes fabricantes a la hora de informar sobre los daños ambientales y los riesgos para la salud derivados de las baterías que usan para los coches eléctricos. La extracción de los minerales que se utilizan para la fabricación de las baterías sigue siendo el lado oscuro de la electrificación del sector y casi nunca hay suficiente transparencia por parte de las grandes marcas.
Hay una serie de fabricantes, según este informe, que se encuentran a la cabeza en este ranking de marcas más opacas en cuanto a la trasparencia: BYD, Mitsubishi y Hyundai, Geely Auto y Nissan.
“Los abusos contra los derechos humanos relacionados con la extracción de minerales para la transición energética son alarmantes y generalizados, y la respuesta del sector es en gran medida insuficiente”, señala el informe, que lleva por título ‘Recargar las pilas de los derechos humanos’.

Ninguna marca pasó de 51 puntos sobre 90. El sistema de puntuación para medir cómo garantizan las empresas automovilísticas la sostenibilidad de sus baterías, desde el origen. La puntuación máxima era de 90 puntos y analizan criterios como el respeto a los derechos humanos, el control de la cadena de suministro, la identificación de riesgos y otros parámetros que permitan estar seguros de que dichos materiales no causan un impacto ambiental y social para su obtención. El resultado es que ninguna de las empresas analizadas superó los 51 puntos sobre el total de 90.
La última del ranking, con solo 11 puntos, la china BYD, demuestra una falta de garantías en sostenibilidad y derechos humanos. Según el informe, los datos que aportó BYD demuestran “una grave falta de transparencia en lo que respecta a la diligencia debida en materia de derechos humanos en sus cadenas de suministro”.
Esta empresa, de hecho, ni siquiera aportó la identidad de las minas, refinerías y fundiciones con las que trabaja. Otras sociedades, como Geely, tampoco aportó la localización exacta de las minas que le envía los materiales, al igual que Hyundai y Mitsubishi.



“Los abusos contra los derechos humanos ligados a la extracción de minerales para la transición energética son alarmantes y generalizados, y la respuesta de la industria brilla por su ausencia. Las comunidades sufren desalojos forzosos, problemas de salud causados por la contaminación y dificultades de acceso al agua. Ante el aumento de la demanda de vehículos eléctricos, los fabricantes deben garantizar que se respetan los derechos humanos”, señala Callamard.
“Investigaciones anteriores de Amnistía Internacional han demostrado que el cobalto industrial está relacionado con los desalojos forzosos de la República Democrática del Congo. Las empresas de automóviles, como compradores internacionales de minerales, deben ejercer su enorme influencia sobre las empresas mineras y fundidoras para que mitiguen estos riesgos en materia de derechos humanos”, añade.
Fte.: Recharge for Rights: Ranking the Human Rights Due Diligence Reporting of Leading Electric Vehicle Makers Estas son las peores marcas de coches eléctricos por garantías ambientales y de derechos humanos
Hay una serie de fabricantes, según este informe, que se encuentran a la cabeza en este ranking de marcas más opacas en cuanto a la trasparencia: BYD, Mitsubishi y Hyundai, Geely Auto y Nissan.
“Los abusos contra los derechos humanos relacionados con la extracción de minerales para la transición energética son alarmantes y generalizados, y la respuesta del sector es en gran medida insuficiente”, señala el informe, que lleva por título ‘Recargar las pilas de los derechos humanos’.

Ninguna marca pasó de 51 puntos sobre 90. El sistema de puntuación para medir cómo garantizan las empresas automovilísticas la sostenibilidad de sus baterías, desde el origen. La puntuación máxima era de 90 puntos y analizan criterios como el respeto a los derechos humanos, el control de la cadena de suministro, la identificación de riesgos y otros parámetros que permitan estar seguros de que dichos materiales no causan un impacto ambiental y social para su obtención. El resultado es que ninguna de las empresas analizadas superó los 51 puntos sobre el total de 90.
La última del ranking, con solo 11 puntos, la china BYD, demuestra una falta de garantías en sostenibilidad y derechos humanos. Según el informe, los datos que aportó BYD demuestran “una grave falta de transparencia en lo que respecta a la diligencia debida en materia de derechos humanos en sus cadenas de suministro”.
Esta empresa, de hecho, ni siquiera aportó la identidad de las minas, refinerías y fundiciones con las que trabaja. Otras sociedades, como Geely, tampoco aportó la localización exacta de las minas que le envía los materiales, al igual que Hyundai y Mitsubishi.



“Los abusos contra los derechos humanos ligados a la extracción de minerales para la transición energética son alarmantes y generalizados, y la respuesta de la industria brilla por su ausencia. Las comunidades sufren desalojos forzosos, problemas de salud causados por la contaminación y dificultades de acceso al agua. Ante el aumento de la demanda de vehículos eléctricos, los fabricantes deben garantizar que se respetan los derechos humanos”, señala Callamard.
“Investigaciones anteriores de Amnistía Internacional han demostrado que el cobalto industrial está relacionado con los desalojos forzosos de la República Democrática del Congo. Las empresas de automóviles, como compradores internacionales de minerales, deben ejercer su enorme influencia sobre las empresas mineras y fundidoras para que mitiguen estos riesgos en materia de derechos humanos”, añade.
Fte.: Recharge for Rights: Ranking the Human Rights Due Diligence Reporting of Leading Electric Vehicle Makers Estas son las peores marcas de coches eléctricos por garantías ambientales y de derechos humanos