CAPÍTULO 3
--EL VIAJE A COVADONGA--
Buenos días.
Hoy os contaré la aventura de ayer mientras me tomo el día de relax que tengo agujetas hasta en el colector de escape, ja,ja,ja...
Eran sobre las 10 de la mañana cuando mis JACs recogieron a otro humano y otra humana cerca de casa.
Me resultó extraño que el nuevo humano se sentase como copiloto y que mi JAC femenina se sentase detrás con la otra humana...en fin.
Lo primero que hicimos fue parar a darme de comer/beber ( 40 ricos litros que me tragué....tenía hambre ).
Después de un trayecto cómodo, sin prisa y con muy buen tiempo, hicimos una parada en un pueblo que se llama Sevares a "tomar un cafelito" , como decía el humano que iba sentado como copiloto ( que palabra más rara....no sé que tomarían ).
Enseguida retomamos la ruta y entre canciones de Los Secretos y Dire Straits, intercalándose con conversaciones de los cuatro viajeros, fuimos circunvalando la localidad de Arriondas y ya pude ver la indicación que ponía Covadonga.
Empezamos a ascender suavemente hasta una especie de colina rodeada de montañas donde apareció una construcción muy bonita que llaman Basílica de Covadonga donde hicimos un par de fotos ( el humano copiloto casi me deja "sin culo" en una de ellas, pero bueno ).
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Allí estuve descansando un buen rato y mantuve un poco de conversación con Gervasio, un Peugeot 208 que tenía a mi lado y que me contó que había estado enfermo y que le tuvieron que operar de la distribución.
Pasaban unos minutos del mediodía cuando nos fuimos por una carretera ascendente, estrecha y con muchas curvas donde tuve que "darlo todo bebiéndome hasta el agua de los floreros" ( esto se lo oí decir a mi JAC en modo simpático ) y llegamos a un precioso paraje donde me dejaron otro rato descansar al lado de un lago muy bonito y donde había mucho ambientillo. En realidad habíamos pasado primero junto a otro lago, pero en ese no paramos.
Al cabo de una media hora allí tomando el sol tan ricamente, hicimos el viaje de regreso por aquella carretera sinuosa, pero esta vez fui muy tranquilo descendiendo casi sin beber nada y mirando el paisaje.
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LLegamos a una localidad que se llama Cangas de Onís y allí me dejaron descansando y me eché una buena siesta de algo más de dos horas mientras los cuatro humanos se fueron a comer.
Cuando volvieron ya hicimos el viaje de regreso a casa entre conversaciones y canciones de Bruce Springsteen salpicadas con varios temas de la movida madrileña de los 80.
Poco más que contar del regreso a casa, sólo deciros que me gustó mucho el viaje porque conocí unos lugares muy guapos y que tanto mis JACs como los otros dos humanos me lanzaron varios piropos porque estaban muy contentos de como me había portado.
P.D.-Ahhh, se me olvidaba. Se trajeron algunos recuerdos del viaje y a mí me hicieron un tatuaje en la parte izquierda del culo que representa la cruz de Asturias que otro día os enseñaré.