La primera víctima del boom del coche eléctrico en China ha sido la marca nipona Mitsubishi Motors, que suspende operaciones en aquel país al tener en su último año muy malas ventas.

Según los datos de la Asociación China de Fabricantes de Automóviles, las ventas de coches eléctricos puros (EV) alcanzaron más de 2 millones durante los primeros cinco meses del año, un 51% más que el año pasado. Mientras, las ventas de modelos a gasolina o híbridos convencionales cayeron un 7% durante el mismo período. Una tendencia que se acentuará en los próximos años. Según previsiones, se podría alcanzar una cuota del mercado del 50% en 2025.
Esta transformación viene fomentada por la imposición de normas restrictivas del Gobierno chino con el fin de reducir las emisiones y la dependencia energética del exterior, así como destinando fuertes inversiones y ayudas al proceso de electrificación de los vehículos.
Toda esta transición super rápida hacia el coche eléctrico en el mercado chino ha pasado factura a Mitsubishi. La marca nipona logró alcanzar un pico de ventas en 2019 cuando registró 134.500 unidades en China. Pero desde entonces la línea ha sido totalmente descendente, acumulando apenas 34.500 unidades en 2022. Incluso Mitsubishi lanzó un SUV eléctrico, el Airtrek., pero la aceptación ha sido casi nula, vendiendo en los seis primeros meses del año apenas 500 unidades. Todo esto ha llevado a la división china de Mitsubishi a echar el cierre, y suspender sus actividades en ese mercado, en un proceso que empezará a darse también en otros lugares próximamente.
El fracaso de Mitsubishi (junto con el socio local Guangzhou Automobile Group Co., con el cual formaba una joint venture en el país asiático) pone de manifiesto la presión a la que se enfrentan otros fabricantes japoneses en China, que han tardado de ofrecer modelos eléctricos y han ido perdiendo cuota de mercado frente a competidores locales como BYD Co, y otros internacionales como Tesla Inc. Las ventas de Honda y Nissan llevan cayendo dos años, mientras que para Toyota el año pasado fue el primer año en una década en la que disminuyeron sus entregas.
Y no solo esto, sino que la lentitud de las marcas japonesas para incorporarse a la movilidad eléctrica (BEVs 100% eléctricos) está abriendo un nuevo mercado a los fabricantes extranjeros, que ven una oportunidad de negocio en el país del Sol Naciente, donde antes no tenían apenas cuota de mercado. A excepción de Nissan, los fabricantes japoneses como Honda, Toyota o Mitsubishi están retrasando la electrificación de su oferta, en favor de las tecnologías híbridas e incluso de la pila de hidrógeno o de los combustibles alternativos. SI bien actualmente están comenzando a anunciar inversiones importantes en electrificación y varios modelos que pronto aterrizarán en el mercado, actualmente la oferta es limitada. Una situación que los fabricantes extranjeros están tratando de aprovechar ya que se los compradores ven como los coches eléctricos que vienen de fuera les ofrecen prestaciones superiores a los de las marcas nativas, lo que ha hecho que se eleve su cuota de mercado por encima de lo habitual.
En este escenario, en septiembre, Narumi Abe hizo algo que en Japón no ha sido lo habitual hasta que al mercado de la automoción han llegado los vehículos eléctricos. En lugar de comprar un coche japonés se decidió por adquirir un Peugeot e-208, porque con él puede recorrer distancias mucho más largas que por ejemplo con un Honda-e. "Quería comprar algo que fuera mejor para el medio ambiente", dijo este japonés de 30 años, que dirige una empresa en Tokio dedicada a la venta de productos agrícolas.
Hasta ahora, en Japón, nueve de cada diez coches de los cinco millones que se venden cada año son fabricados por una empresa japonesa: Toyota, Honda o Nissan. Sin embargo, mientras que las ventas totales de automóviles en Japón, sin incluir los vehículos ligeros pequeños, cayeron un 3,2 % el año pasado, las ventas de modelos extranjeros aumentaron un 1,7 %. Las importaciones de vehículos eléctricos con batería aumentaron casi tres veces alcanzando una cifra récord, 8.610 vehículos, según la Asociación de Importadores de Automóviles de Japón. Los analistas estiman que alrededor de la mitad de ellos son de Tesla.
El Grupo Volkswagen, el mayor fabricante de automóviles de Europa, ve una apertura del mercado de los vehículos eléctricos en Japón que favorecerá a los fabricantes extranjeros. Por eso, según ha declarado Matthias Schepers, gerente del grupo en Japón, planea ofrecer allí más de una docena de ellos en 2024, incluidos modelos premium de Audi y modelos más asequibles de Volkswagen, destinados a una franja más amplia de consumidores. Su objetivo es que en 2025, los vehículos eléctricos representen un tercio de las ventas de Audi allí, alrededor de 10.000 unidades. Además, el grupo alemán ampliará la instalación de cargadores rápidos hasta 250 estaciones en sus concesionarios para finales de este año.
Por su parte, Stellantis, apuesta por Peugeot, una de las marcas que forman el gran conglomerado de este grupo, ofreciendo a partir de este mismo año, dos nuevos modelos eléctricos en el mercado japonés.
La coreana Hyundai ha anunciado que, tras abandonar el mercado japonés hace 12 años por las bajas ventas, volverá a él con dos vehículos eléctricos con tecnologías diferentes. Por un lado ofrecerá el Nexo, un SUV de pila de combustible de hidrógeno, al que acompañará el Ioniq 5, un crossover eléctrico que está recibiendo muy buena acogida en otros mercados.

Según los datos de la Asociación China de Fabricantes de Automóviles, las ventas de coches eléctricos puros (EV) alcanzaron más de 2 millones durante los primeros cinco meses del año, un 51% más que el año pasado. Mientras, las ventas de modelos a gasolina o híbridos convencionales cayeron un 7% durante el mismo período. Una tendencia que se acentuará en los próximos años. Según previsiones, se podría alcanzar una cuota del mercado del 50% en 2025.
Esta transformación viene fomentada por la imposición de normas restrictivas del Gobierno chino con el fin de reducir las emisiones y la dependencia energética del exterior, así como destinando fuertes inversiones y ayudas al proceso de electrificación de los vehículos.
Toda esta transición super rápida hacia el coche eléctrico en el mercado chino ha pasado factura a Mitsubishi. La marca nipona logró alcanzar un pico de ventas en 2019 cuando registró 134.500 unidades en China. Pero desde entonces la línea ha sido totalmente descendente, acumulando apenas 34.500 unidades en 2022. Incluso Mitsubishi lanzó un SUV eléctrico, el Airtrek., pero la aceptación ha sido casi nula, vendiendo en los seis primeros meses del año apenas 500 unidades. Todo esto ha llevado a la división china de Mitsubishi a echar el cierre, y suspender sus actividades en ese mercado, en un proceso que empezará a darse también en otros lugares próximamente.
El fracaso de Mitsubishi (junto con el socio local Guangzhou Automobile Group Co., con el cual formaba una joint venture en el país asiático) pone de manifiesto la presión a la que se enfrentan otros fabricantes japoneses en China, que han tardado de ofrecer modelos eléctricos y han ido perdiendo cuota de mercado frente a competidores locales como BYD Co, y otros internacionales como Tesla Inc. Las ventas de Honda y Nissan llevan cayendo dos años, mientras que para Toyota el año pasado fue el primer año en una década en la que disminuyeron sus entregas.
Y no solo esto, sino que la lentitud de las marcas japonesas para incorporarse a la movilidad eléctrica (BEVs 100% eléctricos) está abriendo un nuevo mercado a los fabricantes extranjeros, que ven una oportunidad de negocio en el país del Sol Naciente, donde antes no tenían apenas cuota de mercado. A excepción de Nissan, los fabricantes japoneses como Honda, Toyota o Mitsubishi están retrasando la electrificación de su oferta, en favor de las tecnologías híbridas e incluso de la pila de hidrógeno o de los combustibles alternativos. SI bien actualmente están comenzando a anunciar inversiones importantes en electrificación y varios modelos que pronto aterrizarán en el mercado, actualmente la oferta es limitada. Una situación que los fabricantes extranjeros están tratando de aprovechar ya que se los compradores ven como los coches eléctricos que vienen de fuera les ofrecen prestaciones superiores a los de las marcas nativas, lo que ha hecho que se eleve su cuota de mercado por encima de lo habitual.
En este escenario, en septiembre, Narumi Abe hizo algo que en Japón no ha sido lo habitual hasta que al mercado de la automoción han llegado los vehículos eléctricos. En lugar de comprar un coche japonés se decidió por adquirir un Peugeot e-208, porque con él puede recorrer distancias mucho más largas que por ejemplo con un Honda-e. "Quería comprar algo que fuera mejor para el medio ambiente", dijo este japonés de 30 años, que dirige una empresa en Tokio dedicada a la venta de productos agrícolas.
Hasta ahora, en Japón, nueve de cada diez coches de los cinco millones que se venden cada año son fabricados por una empresa japonesa: Toyota, Honda o Nissan. Sin embargo, mientras que las ventas totales de automóviles en Japón, sin incluir los vehículos ligeros pequeños, cayeron un 3,2 % el año pasado, las ventas de modelos extranjeros aumentaron un 1,7 %. Las importaciones de vehículos eléctricos con batería aumentaron casi tres veces alcanzando una cifra récord, 8.610 vehículos, según la Asociación de Importadores de Automóviles de Japón. Los analistas estiman que alrededor de la mitad de ellos son de Tesla.
El Grupo Volkswagen, el mayor fabricante de automóviles de Europa, ve una apertura del mercado de los vehículos eléctricos en Japón que favorecerá a los fabricantes extranjeros. Por eso, según ha declarado Matthias Schepers, gerente del grupo en Japón, planea ofrecer allí más de una docena de ellos en 2024, incluidos modelos premium de Audi y modelos más asequibles de Volkswagen, destinados a una franja más amplia de consumidores. Su objetivo es que en 2025, los vehículos eléctricos representen un tercio de las ventas de Audi allí, alrededor de 10.000 unidades. Además, el grupo alemán ampliará la instalación de cargadores rápidos hasta 250 estaciones en sus concesionarios para finales de este año.
Por su parte, Stellantis, apuesta por Peugeot, una de las marcas que forman el gran conglomerado de este grupo, ofreciendo a partir de este mismo año, dos nuevos modelos eléctricos en el mercado japonés.
La coreana Hyundai ha anunciado que, tras abandonar el mercado japonés hace 12 años por las bajas ventas, volverá a él con dos vehículos eléctricos con tecnologías diferentes. Por un lado ofrecerá el Nexo, un SUV de pila de combustible de hidrógeno, al que acompañará el Ioniq 5, un crossover eléctrico que está recibiendo muy buena acogida en otros mercados.