Llevo casi 2 años con el coche, antes tenía un Diésel turbo. No sabes cuantas veces he pensado lo mismo que tú. Y ahora, después de tanto tiempo, hace poco, unos pocos meses, me he adaptado. Creo que mi mente renegaba de la forma de conducir, de la forma de funcionar. por ejemplo, me ponía de lis nervios que al soltar el acelerador en pendiente (abajo) el coche frenara. Estaba acostumbrado a dejarlo ir, con marcha, pero suelto y vigilando la velocidad, por si subía la velocidad. y aquí, me encuentro que frena. Era un momento de estrés. Sabía que era porque cargaba batería, pero me ponía rojo.
Ahora, así sin saber como, estoy adaptado.
Mi consejo: espera unos meses y decide con la cabeza fría. (Es más fácil decir que hacer).
Piénsalo un poco. Dale tiempo al tiempo.
Y si es porque no estás cómodo en el asiento, piensa que lo estarás. No pienses en negativo, siempre positivo.