El contexto: noche tórrida de verano, año 2000. Acababa de nacer hace unos meses la hija de un muy buen amigo del trabajo. De nombre Malena, como el tango, muy dicharachera ella.
Me pongo a bailar con la pequeñaja, acto seguido mi amigo Guille, dirigiéndose a su nena, le suelta: qué bien que bailas con el tío Harry, no?
Tengo que destacar que no poseo habilidad alguna para el baile, pero por algún motivo que se me escapa, la cría se lo estaba pasando bomba.
El resto es historia.