La presión constante de la publicidad y los mensajes para que renovemos el parque movil hace que nos volvamos un poco locos, pero si, desde luego que desde una perspectiva ambiental es mucho mas rentable alargar la vida útil de nuestros coches aunque emitan un poco mas que el nuevo que comprar uno nuevo con todo lo que conlleva de emisiones de fabricación, transporte y demás, unido a al uso de recursos para la fabricación del vehículo nuevo y a la escasa reutilización de materiales del antiguo.
Pero podemos dejar que nos ciegue el consumismo, o la publicidad disfrazada de ecología. Tendríamos que desarrollar una conciencia más afín al mantenimiento de lo que tenemos y alejarnos de la maldita cultura del usar y tirar. Pero es que es jodidamente difícil. Yo siempre he intentado alargar al máximo la vida útil de todos mis vehículos (y electrodomésticos, móviles, ordenadores y demás) pero cada vez es más difícil debido a la obsolescencia programada, a la falta de repuestos o a la falta de habilidad de los talleres para solventar los desperfectos. Este enero me tuve que deshacer de un Peugeot 3008 comprado en 2017, diésel, con 220.000km, porque el coste de mantenimiento en 2022 había alcanzado unos niveles absurdos, en un coche de 5 años...
La decisión de virar hacia Toyota ha sido precisamente con la idea de que el coche dure lo máximo posible para evitar seguir llenando el mundo de basura... Esperemos que el tiempo demuestre que ha sido una decisión correcta