Comentario irónico:
Para aparcar, me va de sobra. Le subes el brillo en las opciones, porque claro, eso es lo importante, y encima tiene un gran angular para ver si algún coche lateral decide aparecer mágicamente cuando sales del aparcamiento en batería. Pero bueno, os voy a contar lo que realmente me importa de este coche, porque la cámara es solo el principio.
Lo que de verdad quiero es que el embrague no se rompa como si fuera de papel. Que la correa sea tan fácil de cambiar que un día ni me dé cuenta de que la cambié, o mejor aún, que nunca tenga que hacerlo. Y, por favor, que no se desintegre y me rompa el motor, que ya sería lo máximo. Que después de 100.000 km no haya aceite saliendo por todos lados como si fuera una fuente. Ah, y que el AdBlue se saque mágicamente del aire, porque eso de rellenar, ¿quién tiene tiempo para eso? Que el FAP no se obstruya, que el motor de arranque no decida morir justo cuando más lo necesitas, y que el turbo dure tanto como el coche, sin tener que andar esperando dos minutos como si fuera un ritual antes de apagar el motor.
Ah, y la válvula EGR... ¿de verdad tiene que ser un problema? Porque dicen que siempre lo es, pero yo prefiero que funcione sin dramas. Y ya que estamos, unos frenos que duren más de lo que está estipulado, ¿será mucho pedir?
Ah, pero espera, se me olvidaba lo mejor: la batería eléctrica. Porque claro, ese es el “único punto débil” del coche. ¡Qué alivio! Solo es la batería, mucho más barata de cambiar que todo lo anterior junto y por separado. Vamos, que casi debería dar las gracias.
No sé, ¿me dejo algo? Seguro que sí, porque los coches siempre tienen alguna sorpresa bajo el capó.
Pero estoy muy preocuoado por la mala calidad de imagen de la cámara trasera, que entre los sensores, y ojo, esos espejos que parece que le hayan salido orejas al coche, a lo mejor tengo problemas para aparcar por culpa de la mala calidad de la cámara.
Fin modo ironía.
